sábado, 12 de junio de 2010

rudo el ego sumiso el orgullo


Una vieja carta, escapa
De la prisión su tinta
Hacia la libertad el papel,
La pluma llora de alegría
Y la mano ríe sola de tristeza,
¿Qué más pueden hacer mis ojos?
Si enloquecieron de deseo,
Desorbitados descubrieron tu cuerpo ameno,
Cuerpo Que tuvo la bondad de acoger mis pesadillas
Convirtiéndolas en hermosos sueños.
Mientras duermas seré yo quien vigile tu noche,
Allí como luna, allí como estrella,
Bajo la oscuridad serena
Se camuflan mis pupilas entre tus venas,
Mi cielo es tu mar y mi mar tu cielo,
Nuestro plan será, nadar sin ahogarnos,
Volar sin caer, amar contemplando siempre,
Un horizonte al amanecer.

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