lunes, 21 de marzo de 2011

vida


Un viejo amante de la vida, envuelve su nostalgia en cajas de vino,
Se olvida que alguna vez tuvo familia y por la calle es acogido,
es un anacoreta que se esconde entre letras, la única belleza para él
Es su ciudad, esa que por las noches cuando escribe, le abriga con luces y cruces ferroviarios,trenes de ayuno alimentan su estomago a diario,
Para que nadie se sienta sòlo, en una ciudad donde reina el desierto,
Cada uno tiene derecho a contar su propia historia,
hasta el vagabundo y su discreto mundo, de semaforos
y autos de lujo reflejados en su cara, diciendole
que, con su ropa manchada jamas conseguira nada.

en esta sociedad marcada por la desigualdad descarada,
tiene mas valor un papel escrito por manos sucias,
que un billete impreso por manos limpias,ensuciando el espiritu
humano.

2 comentarios:

  1. Tienes una sensibilidad increíble, este poema es precioso, triste y dolorosamente real o tal vez para él no sea doloroso?. Gracias, un abrazo

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  2. quizas para èl no sea doloroso, al principio si, pero ya olvido la realidad en la que alguna vez estuvo, y vive en otra completamente diferente,vive con otras aspiraciones, afines a su realidad,y nosotros la vemos como dolorosa.eso no quita lo triste de vivir de esa forma.

    saludoos! gracias por leerlo :)

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