martes, 28 de junio de 2011
no diferente
si las rosas no fueran tan rosas, entonces solo clavarían con la duda
y no con sus espinas, estupefacto quedaría el amante rojo al ver que
su sangre no es sangre, es la ilusión que gotea gestos de pétalo,
solo en eso se queda el beso, el verso habré verdades,
caen semillas del cielo y se alojan en el alma de los escritores
con ansias de crecer, como arboles de nube y su lluvia,
que despejan este cielo disfrazado de algún amor acuarelado...
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