mil veces mi cuerpo arde en la palabra,
mil veces bese tus labios sin llegar a tu boca,
mil veces roce tu piel arrancándote la ropa,
pero sin embargo, jamas desnudaste esas ganas locas,
muertas en el instante y distancia de tus ojos iniciáticos,
abriéndome esa puerta invisible a un futuro nostálgico,
en donde viviría extrañando tu voz, tu silencio,
el silencio de los dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario