viernes, 30 de mayo de 2014

todos fuimos hermanos de la misma teta

hablo hoy compañeros de la gran teta, nuestra creadora extraterrestre,
de la esclavitud sexual maternal y de aquellos grilletes que se nos pusieron sin oponer resistencia,
mientras bajo el seno bebíamos inocentes el  cálido elixir que nos condicionaba
a ser hijos humanos, sedientos consumíamos el ectoplasma de nuestra madre creadora,
nos alimentaba con dependencia, el amor nos ataba a ella,
eramos amarrados con un nudo invisible a quien nos engendraba,
nosotros hermanos, estábamos destinados a ser conquistados,
ellas, las mujeres, eran simples replicadoras de su acto,
del acto mas grande, el de darnos la vida,
para luego reclamar su poder sobre nosotros,
pues con facilidad nos rendíamos ante lo que nos recordaba lo mas preciado
que poseíamos, atrás quedaba en nosotros hermanos,
el don maravilloso de la inteligencia, pues nos ganaba la sexualidad,
habíamos sido adoctrinados bajo el culto a la gran teta,
todo nos conducía a querer  mas de ella,
queríamos pertenecer otra vez al vientre universo,
el mecanismo más perfecto, al origen, por eso buscábamos meternos
en ellas, utilizando el falo que se nos dio por cerebro,
volvíamos a ser victimas inmutables de la creación,
eramos perpetuadores de aquel ciclo infinito.




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