lunes, 5 de diciembre de 2011
ALMOHADA DE ADAN
sostén mis pupilas,
caen tiñendo de negro
tu vestido,
aunque el iris varíe de color
en nuestros corazones,
tu vestido
sigue siendo esa sombra que ronda mi soledad,
escapa atormentando
mis sueños de alegría,
vamos huye y no vuelvas,
desaparece del tiempo humano, de la evolución y nuestra era,
que por no poder dormir, e pensado yo en viajar al pasado
y matar a nuestra primera progenitora, eva,
para no verte sonreír de nuevo en esta tierra,
como niña, mujer, o anciana longeva.
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