miércoles, 1 de agosto de 2012


ese momento en que la gente se detiene por un sujeto fuera de lo normal,
dice ser enfermo mental y pide ayuda monetaria,
a la negativa insulta a los hombres y mujeres libres de nada,
entra en una tienda de habitual consumo,
es expulsado por dos guardias y se resiste.
como si se detuviera el tiempo,
todas las miradas se congelan en aquel sujeto,
se detienen los tacones, las bolsas de compra  y las carteras, los abrigos, el cabello tintado,
se detienen los celulares, el ruido de la calle, las luces sobre el pavimento.
en ese momento, tomo la mano a mi bien amada y deseada,
despegamos de nuestro asiento publico para volar del lugar,
somos los únicos moviendonos, mi mujer no renuncia al morbo y debo tirarla,
después de un par de segundos todo el sistema vuelve a la normalidad,
todo se vuelve movimiento, como el engranaje interno de un reloj,
un sistema perfecto en el que no existen fallas y si las hubiera,
el sistema lo detecta y lo repara,
llegue al carabinero mas cercano y explique la falla,
el error operativo que hubo en esta realidad programada,
así pude entender que soy un elemento interno mas de un reloj social,
de un tiempo mundial visto por un ojo universal.


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