Quizás a esta hora miras estrellas,
De una altura que jamás miraran otras
Doncellas, tus ojos se fundieron en una luna de
Inocencia, se deslumbraron ante mi presencia y
Luego se apagaron como una vela expuesta a un
Respiro de tristeza, aliento que se rindió, otro corazón roto,
Broto y se aburrió, quebró la fragilidad de nuestro reír,
Secretos que sacamos de un baúl extraño,
Nada de místico, nada del rebaño, solo el de nuestras manos,
El secreto estaba en las caricias y no en promesas eternas
Ni en ocultas existencias, corría por nuestras venas,
(Sirenas callando en un mar de lenguas)
Una búsqueda en mis recuerdos, algo poco cuerdo,
Algo dulce si recuerdo esas luces, aquella ciudad
Que tan diferente se veía, un niño reía y era por
Tu calidez de mujer, esa vez caía de las nubes una
Noche, libre de reproches, libre siempre libre,
Libertad de Dos niños encadenados a su propia inmadurez….
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