adios niña dulce

recuerdo esas clases de pintura que nos unieron,
dibujábamos una mirada, una sonrisa, un roce atardeciendo,
recuerdo que aceptabas de mi una piedra de regalo y no te gustaban las flores,
recuerdo tu mente caótica, tu tristeza,
recuerdo estar bajo un árbol y estar acostado junto a tu voz,
recuerdo mis intentos de embriagarte, para que fluyera el amor,
en esa misma avenida donde me hablabas de un corazón roto,
te escuche para intentar conocer tus anhelos, tus deseos, tu despecho,
leí sobre tu signo intentando descifrar quien eras, soy obsesivo,
ya mis noches no eran noches si no aparecías tu en ellas,
y mis mañanas siempre te pertenecieron solo a ti,
un día al fin. pude robarte el alma de una bocanada,
aspire el perfume de tu pecho y lo demás es historia,
te recuerdo haciéndome el amor con la nariz metida en un libro,
amando las hojas, amándolas como si hubieran sido escritas solo para ti,
respirabas en mis poemas, te ponía un corazón nuevo en ellos,
cocía tus heridas, te consideraba mía, te consideraba una muñeca,
siempre lo hago, algunas veces eras de porcelana fina y otras muchas de trapo,
extraño jugar con cada extremidad de tu cuerpo, de tratarlo con ternura o al contrario,
loco y violento, así me gusta, así me gustas, con cabezazos de cabra reina,
con melena de león rey, no de la selva, ni de mi, sino, de el mundo que juntos construimos,
fueron años construyéndolo, fueron años de alegría como también de invasiones barbaras, destructivas, con el fuego quemando nuestras almas, hasta el punto de sentirnos mejor en el infierno,
que aquí en la tierra, cuantas veces deje que te atacaran, por no saber defender nuestros  castillos, nuestras fortalezas, deje que te enterraran mil puñales, te hice daño, del peor, no fui lo suficientemente hombre para ti, no te valore lo suficiente, supongo que merecí todos esos engaños,
merecemos la muerte, merecemos también la gloria, lo merecemos todo. sigue tu camino,
conquista nuevos reinos, te veo encontrarlos, te veo disfrutándolos, se feliz,
no me busques si es que así algún día lo quisieras, cerrare las puertas de mi colmena,
me ahogare en la dulce miel del olvido, aquí no me sabe tan amargo el abandono,
 es triste ver todo nuestro reino destruido, este que forjamos juntos en estos años a fuerza de amor,
y que hoy ya no tiene valor, quizá algún día el destino se encargue de juntarnos,
es mejor no forzar las cosas, te veo bien y feliz, disfruta tu momento.
no voy a mentir, me duele. que te vaya bien, adiós.