viernes, 19 de agosto de 2011

hermosa


su sonrisa se estira al punto de ser un delgado trazo,
alzado por botero,van goh, quizás picasso,
sin retoques su cuerpo se pinta ante mis ojos,
mis deseos caen como cristales,
todos y cada uno reflejados en su boca,
estallidos en el suelo ensordecen mis latidos,
siento mis dedos heridos,
han intentado tocar su piel y ahora se desangran,
¿sera aquel rojo purpura que invade mis manos, el oleo de sus labios? o
¿solo fue en mi mente, el reflejo de un ángel atrapado en cristales?
que me perdone dios por querer raptarle.
que me perdone la ley,
por querer al museo tal obra de arte robarle.












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