domingo, 28 de febrero de 2010


El dilema de arriesgarse
Me sugiere contar primero,
Con elefantes salpicados de psicodélia
Un sin fin de gnomos de madera
Y Una muñeca añejada en un campo
Con césped de crisantemos,
Por si fuera necesario olvidarse
de haber arriesgado el orgullo
Y un par de gruñones y pintorescos
Dragones a la olla,
Cena para uno lo llamare,
La Llamarada de una vela
Enciende esta velada que Vela por la elevada cebada
De mi cerveza y su alcohol de sobrio amor,
Mi amor,
El que grita entre fuerte y despacio
Me menciona el arriesgar para conseguir un beso,
Beso parecido a una bella melodía
Gran día sería
Cuando lo consiguiera, cesando la áspera espera,
Aspas con cánticos de vapor mecen un barco a estribor
Rubor entre las mejillas de sus tripulantes
Al ver que el mar es de corazones
Cupido no lo menciones!
Calla y revela ya esta ilusión
Un truco de mi pasión
Grandilocuencia es mi ciencia
Y no sé donde quedo mi conciencia
La Lancé en un Discóbolo
Voló y no aterrizo en este mundo
Será natural de otro planeta o de algún cometa
Que viaja entre universos de versos,
Entre bervorreicos y esquizofrénicos
Entre Frenéticos, idílicos y locos,
¿Será Un poco pronto para preguntar
Si ya me toca acender
Por las escaleras del saber?
Quiero saber
De tus besos.

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